Cómo Me Salvaron Los Rituales (Y Por Qué Todos Deberíamos Crear Los Nuestros)
La historia de cómo un ritual me salvó en mi peor etapa laboral
Nunca he sido de las que cuentan los días para el fin de semana. Siempre me ha gustado disfrutar cada día por lo que es. Pero en aquella época, los domingos por la tarde se convirtieron en una pesadilla.
El solo hecho de pensar en el lunes me daba ansiedad. Ansiedad de la seria.
Me despertaba ya con el cuerpo tenso, la mandíbula apretada y el estómago revuelto. Salía de casa antes de que amaneciera, arrastrándome hasta una oficina donde todo me pesaba. La gente. El ambiente. Las miradas. La sensación constante de que cualquier error, por pequeño que fuera, se pagaba caro.
Nada de lo que hacía tenía sentido. Hasta las tareas que antes me gustaban se habían convertido en un campo minado de estrés. A veces me daba la impresión de que mi única función allí era aguantar la presión y volver a casa con la energía en números rojos.
Y lo peor de todo es que no podía permitirme renunciar.
Necesitaba el dinero.
El trabajo me quedaba lejos. Tres horas al día en transporte. Tres horas extra para pensar en lo atrapada que me sentía. Tres horas en las que intentaba repetirme que todo estaba bien, pero mi cuerpo tenía otra opinión: cada mañana, me dolía la cabeza. Cada tarde, me ardía el pecho.
Sabía que no podía seguir así mucho más tiempo. Pero como no podía cambiar el trabajo de inmediato, tenía que encontrar otra forma de sobrevivirlo.
Así fue como, poco a poco, sin darme cuenta, comencé a crear un refugio en mi día.
Cada noche, después de sobrevivir la jornada, construía un pequeño ritual:
✨ Encendía velas en lugar de la luz blanca del techo.
✨ Leía unas cartitas “mágicas” que tenían cada día alguna reflexión inspiradora.
✨ Me sentaba en la cama a escribir tres líneas sobre mi día.
✨ Nada de pantallas (esto tardé en lograrlo, pero lo conseguí).
Todo esto obviamente no cambió mi trabajo. No hizo que las cosas fueran más fáciles.
Pero me dio algo que antes no tenía: una sensación de control, de calma, de que al menos un momento del día era completamente mío.
Y lo más curioso es que, poco a poco, este pequeño ritual nocturno me dio la claridad y la energía suficiente para salir de ese trabajo.
Desde ese momento me convertí en una defensora de la romantización de la rutina.
La ciencia detrás de los rituales: lo pequeño que cambia lo grande
Se habla mucho de la importancia de los rituales, pero no siempre se explica por qué funcionan. Y la realidad es que no es solo un tema de "wellness" o estética, sino de cómo nuestro cerebro está diseñado para procesar la repetición y la estructura.
🧠 Reducen el estrés: El cerebro humano es adicto a la predictibilidad. Cuando incorporamos rituales, creamos pequeños espacios de seguridad en medio del caos, lo que reduce la ansiedad y nos ayuda a gestionar mejor la incertidumbre (Kapitány & Nielsen, 2015).
🧠 Aumentan la felicidad: Un estudio de Harvard descubrió que cuando convertimos actividades cotidianas en rituales con intención, el cerebro libera más dopamina y se asocia una mayor sensación de satisfacción (Norton & Gino, 2014).
🧠 Refuerzan nuestra identidad: Los rituales nos conectan con la persona que queremos ser. No es lo mismo preparar una bebida caliente por inercia que hacerlo como parte de un momento que nos recuerda nuestro propósito o nuestra paz.
Y aquí es donde esto se vuelve interesante: los rituales no necesitan ser grandes ni complejos. No hace falta irse a un retiro en Bali o hacer una ceremonia elaborada cada mañana. Basta con darle intención a algo que ya hacemos.
Cómo podemos convertir lo cotidiano en un ritual (sin que sea una tarea más en la lista)
Es fácil pensar que esto de los rituales requiere demasiado esfuerzo. Que hay que organizarse, planificar, hacerlo “bien”. Pero en realidad, se trata de lo contrario: de hacer algo que ya existe en la rutina más disfrutable y más propio.
Algunas formas en las que podemos empezar:
1. Elegir un momento del día que ya exista.
No hay que inventar más tareas. Basta con escoger algo que ya hacemos: tomar café, caminar, ducharnos, cocinar.
2. Agregar un pequeño detalle que lo haga especial.
Puede ser una vela, una taza favorita, una playlist, escribir una frase, una pausa antes de empezar. Lo importante es que lo diferencie de la rutina automática.
3. Hacerlo sin distracciones.
Si queremos que el momento tenga peso, es clave evitar el multitasking. Si estamos tomando matcha, que sea solo para eso, sin correos ni notificaciones.
4. Ser consistentes.
No hace falta hacerlo todos los días, pero sí lo suficiente como para que empiece a sentirse como un espacio propio dentro de la rutina.
5. Darle intención.
No es solo "tomar café". Es crear un momento. No es solo "caminar". Es notar el entorno.
Ejemplos de rituales cotidianos
🌅 Un ritual de la mañana
En lugar de despertarnos y mirar el móvil, podemos tomarnos cinco minutos para respirar, estirarnos o simplemente notar el silencio.
🍵 Un ritual con nuestra bebida favorita
Preparar el matcha, el café o el té como si fuera un pequeño ritual de bienvenida al día.
📖 Un ritual de journaling
Escribir una frase sobre cómo nos sentimos. Solo una. No tiene que ser un ensayo, solo algo que nos ayude a notar nuestros pensamientos.
🚶♀️ Un ritual al caminar
Dejar el móvil guardado cinco minutos y observar el entorno. Notar la luz, los colores, los sonidos.
📚 Un ritual antes de dormir
Sustituir 10 minutos de scroll por un libro, una meditación o simplemente unos minutos de silencio.
Un reto para esta semana: "El Ritual del Placer Invisible"
Cada día, podemos elegir un momento que normalmente pasamos en automático y convertirlo en un ritual con intención.
📌 Lunes: Elegir el momento a romantizar.
📌 Martes: Agregarle un pequeño detalle (música, luz, aroma, pausa).
📌 Miércoles: Notar cómo cambia nuestra percepción cuando lo hacemos con intención.
📌 Jueves a Domingo: Experimentar y ajustar.
La Magia Está en Lo Pequeño
No hace falta cambiar de vida para disfrutarla más. No se trata de esperar los grandes eventos o los momentos extraordinarios.
Muchas veces, la diferencia entre un día más y un día especial está en los detalles que decidimos notar.
✨ ¿Qué ritual podríamos crear hoy? ✨
Felicidades Andrea, me ha encantado oír tu bonita voz aderezada de tu lindo acento, transmitiéndome de tan dulce manera la importancia de crear mis rituales. Gracias, gracias, gracias. Tengo alguno creado recientemente y voy a potenciarlo dándole ese toque especial que lo haga aún más único y relajante 😉👍🏼✨🦋💋💋💋
una vez leí que de eso se trataba "romantizar el momento", y desde ese día desayunar en mi casa no es lo mismo. Pongo un mantelito lindo en la mesa, me tomo un café frío en mi vaso favorito, y me como dos arepas (a veces tristonas con solo jamón) pero ese desayuno pareciera y se siente como el de un buffet en hotel, porque lo romanticé tanto que lo disfruto demasiado jajaja! está super lo de construir rituales!!